LLAMADOS A VIVIR LA CERCANIA DEL REINO DE DIOS: UNA HISTORIA QUE EMPIEZA EN PENTECOSTÉS.
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La
Iglesia tiene una historia, que empieza en la
efusión del Espíritu Santo sobre los
Apóstoles, ocurrida en el
quincuagésimo día desde la
celebración de la Pascua de
Resurrección, y había marcado el
inicio de la misión evangelizadora.
El
Pentecostés, día del nacimiento de
la iglesia, es el momento en el que el
verdadero significado de la Cruz y de
la Resurrección de Cristo se hace
manifiesto, y una nueva humanidad
retorna a la comunión con Dios. La
fiesta de la Alianza del Sinaí, que
celebra en el mundo hebreo la entrega
de la Ley, se convirtió con el
cristianismo en la fiesta de la
donación de las lenguas, porque a
través de ellas cada pueblo o nación
puede recibir el anuncio y retornar a
la primitiva unidad que se quebró en
Babel. Desde aquel día la Iglesia
tomó conciencia de la Nueva Pascua
según cuanto había predicho el
Cristo:" El consolador, El Espíritu
Santo que el Padre mandará en mi
nombre, él os enseñará cada cosa y
os recordará todo lo que yo os he
dicho." Es la
herencia de la tradición primitiva de
la Iglesia en la que los cincuenta
días sucesivos a la Pascua
constituían una sola fiesta: todos
los días de esta cincuentena eran
celebrados con gran júbilo, porque
formaban un único día de fiesta, que
tenía "la misma importancia del
domingo". Y, como en el domingo,
el día del Señor Resucitado, se
celebra el misterio de la
Resurrección con toda solemnidad, en
la que no se hace penitencia, no se
reza de rodillas y se debe uno librar
de todo afán, así era durante toda
la cincuentena. En la
segunda mitad del siglo IV, la
celebración indiferenciada del
misterio pascual sufrió un proceso de
transformación, que llevó a la
evocación, en orden cronológico, de
los eventos de la salvación, según
la narración de los Hechos de los Apóstoles.
En aquella época, como se deduce
también del relato de Egeria, en
Jerusalén, el último domingo de la
Cincuentena se celebra tanto el envío
del Espíritu Santo sobre los
Apóstoles como la Ascensión,
mientras que en otras Iglesias se iba
estableciendo la conmemoración de la
Ascensión en el cuadragésimo día
después de Pascua y en el quincuagésimo
el Pentecostés en recuerdo del
descenso del Espíritu.
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Ultima actualización 15 de febrero 2020.
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